El poble d'Arres

El Ayuntamiento de Arres, comprende la bajada desde la cumbre del Montlude hasta el Garona y la subida hacia la cumbre dera Trona y l'Entecada, en la frontera con Francia por Louchón. Por eso comprende tres emplazamientos urbanos: Era Bordeta en el Valle, a la orilla del Garona y el pueblo de Arres, en la falda del Montlude.

En la Bordeta destacan las casas de Mendañón, Joanchiquet, Jarros, Moncau, Miguel, Gallón y Badía.

Arres son dos pueblos en uno, o un pueblo dividido en dos mitades, Arres de Sos y Arres de Jos, pero con un cordón umbilical que les une, el camino de las cosas comunes: la Iglesia de San Juan Bautista, cuya fiesta se celebra el 29 de agosto, fiesta de la Degollación de San Juan Bautista, el Precursor de Jesucristo, el hijo de Zacarías e Isabel; el Cementerio de todo Arres al lado de la Iglesia de San Juan con tumbas de José Castet Aunós, Margarita Aunós Sambeat, María Castet Viech, Antonio Farre Saprisa, Luis Cortés Vilacampa, José Abella Castet, Manuel Cabau Farré, Pedro Pena Clavería, Isabel Capblanc, María Aunós, Manuel Castet Farré, Nadine Ma Rosa Saforcada Rella, Magdalena Pena Sala, Jaime Abella Castet, Pedro Castet Ladevesa, José Pena Trescasas, Blas Rella Pena, Leontina Monge Trescasas, Carolina Busquets Villamates, Pedro Castet Aunós, Antonio Saforcada Pena, Miguel Martínez Estevan, Capitán retirado...; y Era Crasta, una auténtica Vicus Romana asentada en la falda de Camporic, desde donde se controlaba toda la ladera del Montlude, y desde donde se enviaban los desta­camentos a vigilar los otros Castros asentados a lo largo del rio Garona y de la calzada romana paralela al río. Luego se habilitó para Ayuntamiento, entre los dos pueblos, en la curva que hay entre la Iglesia de San Juan y el depósito del agua.

Arres tiene una historia muy larga y legendaria, que se pierde en lo arcano de los tiempos, con los primeros pobladores del Pirineo. La historia recoge toda clase de ele­mentos y documentos para identificar los períodos y las épocas, porque todo envejece y todo pasa con el tiempo. Actualmente lo que más destaca en Arres son sus habitantes y sus casas, pero tanto unos como otros se renuevan sin cesar, pues las personas y las casas nacen, crecen, se desarrollan y envejecen. Pero las casas a diferencia de las perso­nas, se restauran o se derriban y se construyen de nuevo y empiezan otra vez el ciclo de vida, para los descendientes de los antiguos moradores o para otros que disfrutan de las ventajas de quienes les precedieron.

En Arres podemos distinguir varios tipos de construcciones: Los restos dera Crasta, o primeras construcciones hechas de piedra como defensas o fortalezas y las pri­mitivas casas hechas de madera y tejados de paja. Luego se construyeron casas de pie­dra y tejados de pizarra del país. Simultáneamente se construyeron bordas e iglesias de piedra. Y modernamente se construyen casas de piedra con pizarra importada. A esto podemos añadir toda clase de variaciones y combinaciones con otros elementos y for­mas de construcción que aún se distinguen en las edificaciones del Valle de Arán.

El pueblo de Arres, ha sido famoso por su autonomía y su buena organización, que aún perdura, pues cuando se unieron varios pueblos del Valle en pedanías, Arres con su Alcalde, supo conservar su categoría de Ayuntamiento. Y esto ya le viene de lejos, pues Arres siempre ha tenido sus autoridades y ha funcionado con su Juez, su Alcalde y con los Turnos de Guardia famosas en todo el Valle. Pero además Arres está organizado con Fonda y Cantina propia y con casas especializadas en Servicios comu­nes para la comunidad, como desde Barber, el Barbero; desde Farré, el Herrero; desde Sajust, el Juez; desde Teixiné, Teishener, el Tejedor; desde Sarte, el Sastre; desde Pallás, el constructor de tejados de paja; desde Xabillé, Sabilhér, el cultivador de abejas; etc... es decir Arres, tenía todos los servicios entre sus habitantes.